Los cercos removibles fueron creados en los Estados Unidos hace más de 30 años a raíz de los elevados índices de mortalidad infantil por ahogamiento o asfixia por inmersión en piletas de natación, con el objetivo de brindar una mayor protección a bebés, chicos y mascotas.
Los cercos tradicionales (tanto los rígidos como los de alambrado) conllevan el riesgo de que los niños los puedan saltar o traspasar e incluso trepar, que sus puertas queden entreabiertas o tengan de cierres que ellos puedan aprender a abrir, además del riesgo de electrocución, cortes con materiales oxidados o politraumatismos si se golpean contra ellos.

Tener una piscina en casa aporta momentos de diversión pero también implica un gran riesgo para los bebés y los niños más pequeños. Los cercos para piscina son la solución más segura para evitar accidentes por ahogamiento ya que impiden el paso de los niños al área de riesgo.
Los niños menores de 5 años están muy expuestos a situaciones de peligro. Un segundo de distracción puede ser fatal.
El 76% de los accidentes se producen por un instante de descuido por parte del adulto que está a su cargo.
En esta sección queremos compartir la información y las notas que pudieran ser útiles para minimizar estos riesgos.
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INFORMES SOBRE SEGURIDAD EN PISCINAS